Me encuentro en una de las pocas playas de arena que hay en la isla de El Hierro, Arenas Blancas, muy cerca de la Punta de La Dehesa. Se trata de una pequeña playa virgen situada en una zona completamente deshabitada, que no tiene fácil acceso, por lo que no hay absolutamente nadie por el lugar. El fuerte oleaje choca brutalmente contra los recientes acantilados del Malpaís de La Dehesa, pero en Arenas Blancas se respira un aire de tranquilidad.
Como no podría ser de otra manera, me dispuse a husmear por el lugar y encontré algo que me llamó la atención: Unas pequeñas conchas muy especiales que nunca había visto en una playa.
No hay duda de que esos tabiques transversales que dividen el interior de la concha en cámaras indican que se trata de un Cefalópodo. La mayoría de los Cefalópodos actuales han perdido la concha o la tienen reducida e interna. Los pulpos (Octópodos) la han perdido por completo; los calamares (Teutoideos) la conservan mínimamente en forma de pluma interna; las jibias y las sepiolas (Sepioideos) la conservan también interna, pero mantiene su funcionalidad original como estructura de flotación. Sólo los Nautilus, únicos Nautiloideos supervivientes, conservan la concha externa y plenamente funcional.
Salvo los Nautilus, que son auténticos fósiles vivientes, todos los cefalópodos actuales pertenecen a la subclase Coleoidea, en la cual, la concha está reducida, interna o ausente. A partir de un ancestro primitivo común, tipo Belemnites, en el que la concha era recta y externa, surgieron cuatro líneas evolutivas que condujeron a las cuatro formas actuales. En la que condujo a los calamares, el grupo más extenso entre los Cefalópodos, la concha se redujo hasta convertirse en una especie de placa quitinosa plana conocida vulgarmente como "pluma" o "gladio". En las jibias (Sepia) se mantiene plana y se conservan los tabiques además de la funcionalidad. El los pulpos ya sabemos que ha desaparecido por completo. Pero existe un grupo de pequeños Cefalópodos en los que la concha se espiralizó, perdió su pared externa, y se alojó en el interior del animal: Son los Espirúlidos, todos extintos salvo una única especie, Spirula spirula.
Se trata de una pequeña jibia de unos 3 ó 4 cm. de longitud, que vive en las plataformas continentales a profundidades que oscilan entre los 500 y los 1000 m. Presentan diez tentáculos provistos de ventosas, dos de ellos más largos. Nada impulsándose con los tentáculos dirigidos hacia abajo, y tiene la curiosa habilidad de retraer cabeza y tentáculos hacia el interior de cuerpo. La piel es lisa y de color marrón rojizo. Debido a sus patrones de caza, durante la noche, que es cuando está más activa, sube a profunidades más cercanas a la superficie (entre 100 y 300 m.) para alimentarse.
La concha se aloja en el extremo posterior del cuerpo. Está llena de gas para mantener la flotabilidad. Presenta entre 25 y 37 cámaras selladas, conectadas entre sí a través de un sifúnculo.
Otra característica peculiar es la presencia de un órgano bioluminiscente llamado fotóforo, rodeado por dos pequeñas aletas redondas, que sirve para orientar al animal durante la oscuridad y, probablemente, desempeña alguna función en la comunicación entre los individuos.
Al morir el animal, su pequeña concha llena de gas sube hasta la superficie y acaba por adentrarse en las playas. Su especial abundancia en las playas tropicales y subtropicales evidencia la existencia de grandes poblaciones de este Cefalópodo.
FICHA TÉCNICA:
Foto: Miguel Varona. |
Foto: Miguel Varona. |
Salvo los Nautilus, que son auténticos fósiles vivientes, todos los cefalópodos actuales pertenecen a la subclase Coleoidea, en la cual, la concha está reducida, interna o ausente. A partir de un ancestro primitivo común, tipo Belemnites, en el que la concha era recta y externa, surgieron cuatro líneas evolutivas que condujeron a las cuatro formas actuales. En la que condujo a los calamares, el grupo más extenso entre los Cefalópodos, la concha se redujo hasta convertirse en una especie de placa quitinosa plana conocida vulgarmente como "pluma" o "gladio". En las jibias (Sepia) se mantiene plana y se conservan los tabiques además de la funcionalidad. El los pulpos ya sabemos que ha desaparecido por completo. Pero existe un grupo de pequeños Cefalópodos en los que la concha se espiralizó, perdió su pared externa, y se alojó en el interior del animal: Son los Espirúlidos, todos extintos salvo una única especie, Spirula spirula.
Se trata de una pequeña jibia de unos 3 ó 4 cm. de longitud, que vive en las plataformas continentales a profundidades que oscilan entre los 500 y los 1000 m. Presentan diez tentáculos provistos de ventosas, dos de ellos más largos. Nada impulsándose con los tentáculos dirigidos hacia abajo, y tiene la curiosa habilidad de retraer cabeza y tentáculos hacia el interior de cuerpo. La piel es lisa y de color marrón rojizo. Debido a sus patrones de caza, durante la noche, que es cuando está más activa, sube a profunidades más cercanas a la superficie (entre 100 y 300 m.) para alimentarse.
La concha se aloja en el extremo posterior del cuerpo. Está llena de gas para mantener la flotabilidad. Presenta entre 25 y 37 cámaras selladas, conectadas entre sí a través de un sifúnculo.
Otra característica peculiar es la presencia de un órgano bioluminiscente llamado fotóforo, rodeado por dos pequeñas aletas redondas, que sirve para orientar al animal durante la oscuridad y, probablemente, desempeña alguna función en la comunicación entre los individuos.
Al morir el animal, su pequeña concha llena de gas sube hasta la superficie y acaba por adentrarse en las playas. Su especial abundancia en las playas tropicales y subtropicales evidencia la existencia de grandes poblaciones de este Cefalópodo.
Foto: Miguel Varona. |
Lugar del avistamiento: Playa de Arenas Blancas, Sabinosa (Isla de El Hierro).
Fecha del avistamiento: 30 de mayo de 2013.
Nombre común: Espirula.
Fecha del avistamiento: 30 de mayo de 2013.
Nombre común: Espirula.
Nombre científico: Spirula spirula L.
Familia: Spirulidae.
Posición sistemática: Phylum Mollusca; Clase Cephalopoda; Subclase Coleoidea; Orden Sepioidea.
Longitud: En torno a unos 4 cm.
Hábitat: Vive en profundidades variables, entre los 100 y los 1000 m.
Distribución geográfica: Aguas tropicales de Indonesia, Nueva Zelanda, sur de África, Islas Canarias y Golfo de México.
Biología: Nadan "cabeza abajo" por sus mecanismos de flotación, pero con el aleteo de las aletas posteriores pueden dirigirse a una u otra dirección. Cazan por la noche; se alimentan de pequeños peces y crustáceos.