Cada vez es más frecuente encontrar una estampa como esta en alguno de los embalses del interior peninsular, y ya no hace falta esperar al invierno, que es cuando normalmente comienzan a llegar procedentes del norte de Europa.
No sé si han criado aquí o se trata de un grupo itinerante que ha decidido nutrirse de la abundante pesca de este embalse madrileño. Pero los pescadores que vienen a pescar al Valmayor no los miran con buenos ojos, son una incómoda competencia para ellos. Para mí, en cambio, ha sido un encuentro enriquecedor, porque antes era muy difícil encontrar Cormoranes en el interior.
En Europa estuvieron al borde de la extinción por la persecución que sufrieron por parte de los pescadores. Hace unas décadas apenas llegaban a España un millar de ejemplares invernantes, y casi siempre se instalaban en las zonas costeras. Aquel exterminio motivó la protección total de la especie y, afortunadamente, ya se puede decir que se está recuperando. Pero no hay que bajar la guardia, porque en muchos lugares de nuestra geografía, los pescadores han vuelto a declarar la guerra al Cormorán y, lo que es peor, han conseguido convencer a las administraciones autonómicas a eliminarlos de los ríos. Tal es el caso de Asturias, donde los responsables del Principado están autorizando a los pescadores a acabar con los Cormoranes, mientras hacen oídos sordos a los derechos de los demás ciudadanos, que queremos disfrutar de nuestra fauna intacta. Se quejan del descenso de peces para pescar, pero no se paran a mirar el aumento de licencias de pesca que se conceden cada año, y la sobrepesca que sufren muchos de nuestros ríos. Es más fácil echarle la culpa a los Cormoranes.
Me he acercado a grabarles pero no ha sido tarea fácil. Han elegido como dormidero un antiguo poste de luz que todavía se mantiene en pie asomando sobre las aguas en medio del pantano. He venido al anochecer porque es la mejor hora para localizarlos en su dormidero habitual. A pesar de la distancia y de la escasa luz, les he podido enfocar. Se trata de un grupo de diez individuos, todos ellos adultos, aunque hay alguno que presenta el plumaje más claro y podrían ser jóvenes que han sido criados este mismo año. Según los últimos datos, cada vez son más las parejas de Cormoranes que deciden criar en aguas del interior peninsular.
Foto: Miguel Varona. |
Foto: Miguel Varona. |
Me he acercado a grabarles pero no ha sido tarea fácil. Han elegido como dormidero un antiguo poste de luz que todavía se mantiene en pie asomando sobre las aguas en medio del pantano. He venido al anochecer porque es la mejor hora para localizarlos en su dormidero habitual. A pesar de la distancia y de la escasa luz, les he podido enfocar. Se trata de un grupo de diez individuos, todos ellos adultos, aunque hay alguno que presenta el plumaje más claro y podrían ser jóvenes que han sido criados este mismo año. Según los últimos datos, cada vez son más las parejas de Cormoranes que deciden criar en aguas del interior peninsular.
FICHA TÉCNICA:
Lugar del avistamiento: Embalse de Valmayor, El Escorial (Madrid).
Fecha del avistamiento: 30 de agosto de 2014.
Nombre común: Cormorán Mayor.
Fecha del avistamiento: 30 de agosto de 2014.
Nombre común: Cormorán Mayor.
Nombre científico: Phalacrocorax carbo L.
Familia: Phalacrocoracidae.
Posición sistemática: Clase Aves; Orden Pelecaniformes.
Longitud: Puede alcanzar 1 m. de longitud (entre 1,30 y 1,40 m. de envergadura).
Hábitat: Zonas costeras, acantilados, marismas, lagunas de interior, ríos, embalses.
Distribución geográfica: Ampliamente distribuido por toda Europa, norte de África, Asia y Norteamérica.
Biología: Grandes consumidores de pescado. Nadan y bucean de maravilla gracias a sus adaptaciones acuáticas. Puede sumergirse hasta 30 m. de profundidad y permanecer bajo el agua sin respirar hasta 1 minuto. Es bastante sociable y suele vivir en colonias más o menos numerosas. Suelen anidar en los acantilados, pero los que crían en aguas interiores, lo hacen sobre los árboles de las riberas. La hembra pone 3 ó 4 huevos y la pareja los incuba durante tres o cuatro semanas.
Otras localizaciones constatadas: Lagunas de Villafáfila (Zamora), 8 de febrero de 1997.
Otras localizaciones constatadas: Lagunas de Villafáfila (Zamora), 8 de febrero de 1997.