El guardián de los bosques, el chivato, el gritón, el terror de los pequeños pajarillos. Se le oye más que se le ve, a pesar de su tamaño y de sus vivos colores, es un maestro del camuflaje y consigue disimularse por completo y pasar desapercibido, se sabe esconder muy bien entre el follaje.
Tiene un comportamiento de lo más curioso, una cierta inteligencia con dotes para la observación y adaptabilidad para encontrar sus recursos que resulta sorprendente. Es capaz de quedarse inmóvil durante largo tiempo observando el trajín de los demás pájaros afanados en la crianza de sus polluelos; en el momento propicio se abalanza sobre los nidos y saquea los polluelos para alimentar a los suyos propios.
Foto: Miguel Varona. |
Lo primero que hace cuando detecta una presencia extraña adentrándose en su bosque es lanzar unos gritos de alerta que son escuchados desde cualquier rincón del bosque, poniendo en alerta a todos sus habitantes. A mí me ha delatado en multitud de ocasiones, por mucho que intentara entrar en el bosque con el máximo sigilo, siempre me encontraba algún arrendajo. Estoy seguro de que ocupan posiciones en los márgenes de los bosques para vigilar las posibles entradas.
Pero hoy he conseguido que uno se mantuviera tranquilo a pesar de mi presencia y me he dedicado a perseguirlo en la profundidad del bosque hasta que me ha sorprendido con su locuaz gorjeo: Le he visto imitar espontáneamente las voces de rapaces y otros pájaros. Me he quedado de piedra porque no conocía esta faceta suya. En algún lugar había leído que pueden llegar a a ser domesticados y que en algunos casos habían llegado a reproducir bastante bien la voz humana, pero nunca me lo creí. Hoy, después de lo que he visto, ya no me sorprendería tanto.
Pero hoy he conseguido que uno se mantuviera tranquilo a pesar de mi presencia y me he dedicado a perseguirlo en la profundidad del bosque hasta que me ha sorprendido con su locuaz gorjeo: Le he visto imitar espontáneamente las voces de rapaces y otros pájaros. Me he quedado de piedra porque no conocía esta faceta suya. En algún lugar había leído que pueden llegar a a ser domesticados y que en algunos casos habían llegado a reproducir bastante bien la voz humana, pero nunca me lo creí. Hoy, después de lo que he visto, ya no me sorprendería tanto.
FICHA TÉCNICA:
Lugar del avistamiento: Monte Piergua, Valle de Valdeón (Picos de Europa).
Fecha del avistamiento: 25 de septiembre de 2005.
Nombre común: Arrendajo. En algunas zonas de León le conocen como "Gallo de Monte".
Fecha del avistamiento: 25 de septiembre de 2005.
Nombre común: Arrendajo. En algunas zonas de León le conocen como "Gallo de Monte".
Nombre científico: Garrulus glandarius L.
Familia: Corvidae.
Posición sistemática: Clase Aves; Orden Paseriformes.
Longitud: 30-32 cm. (53 cm. envergadura).
Hábitat: Bosques de todo tipo, especialmente en zonas de montaña.
Distribución geográfica: Europa, Asia central y norte de África.
Biología: A diferencia de sus parientes cercanos los demás córvidos, los arrendajos son solitarios, como mucho se le ve en pareja o en pequeños grupos familiares. En ocasiones, sobre todo durante la primavera, pueden verse pequeñas congregaciones de arrendajos probablemente relacionadas con la elección de pareja. Poseen un régimen alimenticio de lo más variado, lo mismo se nutren de bellotas y otras semillas como de frutos o materias animales. Tiene la costumbre de enterrar bellotas y otros frutos, de modo que contribuye positivamente a la diseminación y repoblación de los bosques.
Otras localizaciones constatadas: Pinar del Monte Abantos (Madrid), 29 de diciembre de 2013. Cerro Huenes, Sierra Nevada (Granada), 17 de abril de 2015. Pinares Llanos de Peguerinos (Ávila), 10 de mayo de 2015.
Otras localizaciones constatadas: Pinar del Monte Abantos (Madrid), 29 de diciembre de 2013. Cerro Huenes, Sierra Nevada (Granada), 17 de abril de 2015. Pinares Llanos de Peguerinos (Ávila), 10 de mayo de 2015.
Por fin he detectado su presencia en determinados bosques de la Sierra de Guadarrama. En el norte estaba acostumbrado a sus gritos, pero aquí, en el Sistema Central ya estaba echándolos en falta. Recientemente los he visto en el Pinar del Abantos (San Lorenzo de El Escorial, Madrid) y en los bosques del Valle de Enmedio (Peguerinos, Ávila).
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