miércoles, 10 de abril de 2013

El "milagro" del Hayedo de la Biescona.

Escondido en un recóndito rincón de la sierra asturiana del Sueve, sobrevive asediado por los incendios forestales y la sobreexplotación ganadera uno de los mayores "milagros" de la naruraleza cantábrica: El Hayedo de la Biescona. Y me refiero a él como un "milagro" porque no es digamos "normal" encontrar un hayedo a una altitud que no supera los 600 m. sobre el nivel de mar y a escasos 4 km. de la costa.

Foto: Laura Varona.
Podríamos asegurar con certeza que se trata del hayedo situado a menor altitud de la Península Ibérica. Y si a este hecho le añadimos su proximidad al mar Cantábrico, nos encontramos ante un bosque inmerso en un microclima muy especial que resulta un tanto "agresivo" para el sotobosque habitual de los hayedos, pero tremendamente propicio para el desarrollo de las criptógamas: Musgos, hepáticas, hongos, líquenes y helechos.

Foto: Miguel Varona.
Un hayedo tan especial llamó inmediatamente la atención de algunos botánicos especializados que certificaron la presencia en él de helechos y briófitos tropicales, algunos de los cuales son considerados auténticos fósiles vivientes.

Lengua Cervina (Phyllitis scolopendrium)  Foto: Miguel Varona.
En cuanto me adentré en el hayedo descubrí que este es sin duda uno de los mayores "paraísos" que se pueden encontrar los aficionados a la flora de los briófitos: Troncos y ramas de hayas, acebos, robles e incluso tejos densamente tapizados por enormes matas de musgos. Hasta las hepáticas encuentran aquí su máxima expresión.

Una salamandra se esconde en el interior de una espesa mata de musgos. Foto: Laura Varona. 
Sin embargo, como suele ser habitual, los líquenes han sido ignorados secularmente por los botánicos, más preocupados en general por las fanerógamas, y no ha sido hasta hace un par de años cuando dos reconocidos liquenólogos españoles se pasearon por este bosque para descubrir la supervivencia de un liquen tropical impropio de estas latitudes.

El liquen Lobaria virens, la mayor reliquia de este bosque.  Foto: Miguel Varona. 
Se trata de Lobaria virens, especie incluida en numerosas Listas Rojas europeas como "extremadamente amenazada" y considerada "extinta" en la mayor parte de Europa. Me he referido a ella en numerosas ocasiones, sobre todo a raíz de mi reciente visita al bosque de Muniellos donde encontré talos verdaderamente desarrollados, no tanto como aquí. Pero lo que más me llama la atención de su presencia en este hayedo, es que predomina sobre el resto de líquenes foliáceos, algo que no ocurría en Muniellos.

De entre las especies de líquenes que he podido recolectar e identificar, destacan sobre todo Usnea florida, Parmotrema chinense, Pyrenula nitida, Graphis elegans y Arthonia radiata. Pero no cabe duda que este bosque tan especial esconde muchos más "milagros" que espero ir reconociendo en próximas visitas.

Scilla lilio-hyacinthus.  Foto: Miguel Varona. 
Me hubiera gustado detenerme más tiempo a explorar las fanerógamas y los helechos, pero en una única visita solo da tiempo para ver lo justo. Aun así, pude identificar cuatro especies nuevas para mi herbario: Allium ursinum (conocida popularmente como "Ajo de Oso"), Oxalis acetosella, Ruscus aculeatus y Scilla lilio-hyacinthus. También he podido reconocer la presencia de la "Lengua de Ciervo" (Phyllitis scolopendrium), uno de los helechos más amenazados de nuestra flora, y tres hongos bastante curiosos: Myxarium nucleatum, Fomitopsis pinicola y Astraeus hygrometricus.

Fomitopsis pinicola sobre un tronco muerto de haya.  Foto: Laura Varona. 

1 comentario:

  1. Bueno! Tendré que ir para allí, lástima que me pille lejos porque hace tiempo que quería ir a la tejeda del sueve. Por lo que comentas me recuerda a las fragas del eume, otro punto en el que los helechos relícticos son muy abundantes y los musgos cubren los árboles. Llama la atención el que haya un hayedo a esa altitud, seguramente se estableció en un tiempo en el que el clima le era más favorable y ahora el resto de especies forestales no pueden desplazarla.
    pd: el musgo de la salamandra parece un Leucobryum sp.

    ResponderEliminar